.:Ni en tus suenios:. 07

Seis cuarenta en casa de Eddward hay demasiado silencio y la noche está próxima. Él posa su atención completa en Kevin, pero el pelirrojo centra la suya en Jeremiah, quien a unos metros de ellos se fascina por los tiburones palanca que nadan en la pecera de la sala, tanto que ha olvidado la existencia de los otros dos jóvenes.


Es como si Kevin se hallara afligido, habla poco, se encoge y se ha mantenido disperso -Kevin ¿Estás bien?- pregunta el pelinegro mientras lo abraza de espalda contra su pecho. Con el movimiento el ojiverde al fin recuerda la compañía de su novio -¿Te molesta?- kevin responde con otra pregunta -¿Qué cosa?- más preguntas, nadie quiere dar respuestas, solo hay confusión -Jeremiah ¿Te molesta que lo haya traído?- por fin el cuatro ojos aclara las cosas -No, la verdad no- Eddward se encuentra más confundido que en un inicio -¿No sientes celos?- el pelirrojo sorprende a DD con esa nueva cuestion, ambos buscan con las miradas al francés, éste sigue embobado por el tranquilo nadar de los peces, la pareja de novios lo mira a detalle: los risos rubios caramelo, la nariz fina y respingada, la piel como leche, se le percibe tranquilo al parisino -No, no siento celos- Eddward lo dice muy seguro, con Jeremiah algo raro le sucede, lo encuentra tan neutro que no le provoca nada -No siento nada Kevin- jamás había pasado por su cabeza que que Kevin lo engañara con Jeremiah pese que a diario estaban juntos -Pero... tú siempre desconfías y me celas son motivos- insiste el pelirrojo y Edd responde con la verdad -El no representa peligro alguno para mi, no le tengo miedo- con "miedo" no se refiere al temor provocado por el monstruo bajo la cama, sino al pavor de ser superado por otro hombre ante los ojos de su novio -¡Es una niña con pene!- exclama por lo bajo de forma más despectiva y Kevin ríe suavemente -Gracias Eddward- se siente ya menos tensión -¿eso era lo que tanto te afligía?- DD indaga un poco más profundo.


Kevin suspira, ve a su amigo extranjero golpear el cristal de la pecera con un dedo, atrayendo así a los peces con la vibración -Bueno... cuando fui por mi celular... yo...- le cuesta decirlo -Encontré al Sr. Vasílievich besándose con Miah- las mejillas se le encienden, recordarlo le acalora. Doble D alza una ceja, en él no hay espacio para la inocencia, las normas sociales o los prejuicios, sin embargo imagina lo que sucede a Kevin: está preocupado por el francés -¿Viste que lo forzara o algo parecido?- antes de dar una opinión Eddward debe conocer detalles -No... creo que no- dice el pelirrojo -Entonces, si el profesor demente no está casado y a Jeremiah le gusta; no tenemos por que preocuparnos. Cada quien decide a quien entregarle el culo y no es asunto de nadie- la lógica de DD puede ser muy seca y a Kevin le molesta -Kev, si yo fuera 13 años mayor que tú no me impediría amarte como lo hago- el pelinegro busca la manera de pedirle a su pareja no interferir en el asunto y sobre todo de traerle un poco de paz.


De pronto, al presenciar aquel beso, todo lo que Kevin no comprendía de Jeremiah se había disipado. Su compañero vivía con el maestro, era el mayor quien lo mantenía y resultaba un hombre tan posesivo que Miah no podía salir a ningún sitio sin el debido consentimiento por parte de Araziel. En ese mismo momento el rubio se hallaba en casa de DD únicamente por que Kevin fue de lo más persuasivo con la amenaza de acusarlos con el director.

-¿Puedo pasar a tu baño?- Jeremy se ha acercado a ellos y la forma en que cruza las piernas revela que necesita orinar con urgencia -Sí, por el pasillo a la derecha la primera puerta- Eddward señala el pasillo, en cuanto el francés desaparece de su vista al pelinegro se le ilumina la mirada, tal cual hubiera tenido una epifanía, se le ha revelado la manera perfecta para joder al profesor ruso como venganza por ese encuentro en el corredor de la escuela que aún eriza la piel del moreno -Kevin- canturrea Edd alegremente -Tocando un tema más ameno ¿Quieres todavía experimentar el rol activo?- el pelirrojo se siente atraído por la pregunta -Sí ¿Por qué?- responde Kevin sin comprender por que hay una torcida sonrisa dibujándose en los labios de su novio.