.:Ni en tus suenos:. 09

Kevin y Jeremiah despejan la mesa que Edd utiliza para hacer sus tareas dentro de la habitación -Gracias por ir a traerme- dice el rubio dejando tres gruesos libros de física en el librero -Agradece a Eddward, el auto es suyo. No cabríamos los tres en mi motocicleta, además Eddward le teme a todo aquello que se sostenga en solo dos ruedas- el pelirrojo sonríe y Jeremiah suelta una risita aguda pero pronto se cubre la boca pues desde un rincón doble D los filmina con la mirada.


Hacia apenas un rato que Kevin tuvo la oportunidad de presenciar algo tan gracioso como tierno; al rubio sosteniéndose en puntitas vestido con un tutú, algo que nunca se imaginó -Por cierto ¿No te da algo de pena usar... "eso"?- con la mirada señala un moral del cual asoma un montón de tul rosa, perteneciente al tutú ya mencionad -¡Oh!- el francés se pone rojo y corre a esconder bien todo dentro de su moral -Sí me da pena, pero no me queda opción, sí yo no puedo cargar a una chica- era mas factible que una chica lo cargara a él -entonces solo puedo bailar ballet en el rol de mujer- ambos ríen un poco. Eddward se mantiene al margen de la conversación pero ha escuchado todo -No puedo creerlo....- un tic se apodera de su ojo y labio en el lado derecho.


Aprovechando que Miah y Kevin charlan algo "privado", lo de privado lo supone por como han bajado el volumen de sus voces volviéndolas inaudibles para Eddward, éste enciende su laptop y la posiciona sobre una mesa, junto a una lampara de neón y otras curiosidades. Edd inicia un tarareo que pretende hacerlo lucir natural puesto que lo hace en su PC portátil no es tan natural. Ha conseguido que la cámara integrada del aparato capte en su mayoría la habitación.


-Traeré algo de comida y haré una llamada. Pónganse cómodos, ya vengo- anuncia el pelinegro y antes de abandonar la habitación sincroniza la computadora con su tableta, que maravillosa puede ser la tecnología, se puede ver el vídeo captado por la cámara de la laptop en la tableta, justo ahí están Kevin y Jeremiah, reflejados en la pequeña pantalla -Bendito Bluetooth-. Sigue tarareando la misma canción, viaja por la casa hasta la cocina, en ella hay una barra, donde recarga la tableta contra un frasco de galletas para que la pantalla quede en vertical y poder mirarla.

Del interior de la alacena extrae una rechoncha bolsa llena con bolitas de queso, existen cosas que Kevin y él comparten, entre ellas; comerse un gran tazón de esas frituras anaranjadas. Se trata de un detalle bobo, pero ellos lo disfrutan. Se pasea de un lugar a otro sirviendo refresco, buscando cubos de hielo, calentando los restos de una pizza y de tanto en tanto toma unos segundos para mirar la tableta comprobando como la pasan los otros dos chicos. Todo luce muy tranquilo en su habitación.


A pesar de hacer todo por demorarse, por perder el doble del tiempo que el habitual en cada movimiento que realiza en la cocina, aún así la hora de volver a su alcoba se avecina y Kevin no a tenido "progresos" -Oh Kevin- suspira Edd inquieto. Se dispone a regresar al cuarto acompañado de la comida cuando nota algo entre el rubio y el pelirrojo a través del vídeo en la tableta.


-¿De verdad no puedes pronunciar esa palabra?- cuestiona Kevin riendo -No, es en cerio, me cuesta demasiado, la puedo pronunciar pero muy despacio- algunas veces Miah detestaba no hablar correctamente aquel idioma pero hoy ríe junto al cuatro ojos -¡No te burles más de mi!- uno al costado del otro, muy pegadillos, sentados sobre el suelo con la TV encendida, se tuercen un poco por la risa hasta que Kevin pone orden -Pero no importa, ya que tu acento me gusta mucho- ante el alago la cara de Jeremy se pone roja -¿Mi.... acento?- el rubio suele ser tímido, si se atreve a preguntar es por que le pareció dulce -Si, es sexy- responde Kevin acercándose más -Después de todo eres francés ¿No es París La Ciudad del Amor? Ustedes escupen sensualidad en sus palabras- remata el pelirrojo y el pequeño ojiazul suelta una risilla nerviosa -En realidad es La Ciudad de las Luces- ambos dibujan una sonrisa amplia en sus rostros y es ahora Kevin quien se sonroja por su error -No importa, igual me encanta tu acento-.


Desde la cocina, Eddward observa con seriedad la pantalla de la tableta. El asunto ya no le gusta tanto. Se cuestiona de nuevo por que Jeremiah no le produce una conducta agresiva ni los celos correspondientes, tal vez debería subir y golpearlo, pero sería más por habito que por deseo.